Las Hurdes Centro de Documentación

 

 Personalidades

Valbuena y Gutiérrez, Antonio de (Pedrosa del Rey 1844 – 1929). Filólogo, periodista, escritor y crítico literario. Formado en el Seminario de León, se distinguió desde muy joven por su culto a las letras, su integrismo religioso y su vehemente adhesión al movimiento carlista. Publicó algunas de sus primeras colaboraciones literarias en revistas como El Cascabel y se empleó como articulista político en algunos de los periódicos más emblemáticos del carlismo, desde que fuera presidente de La Juventud Católica y director en Vitoria de La Buena Causa (1870), hasta que abandonó la redacción de El Siglo Futuro al inicio de los años ochenta. De los tiempos de su juventud, en los que habría empuñado la pluma “en defensa del absolutismo y de la fe” con el mismo ímpetu que el fusil (fue auditor de guerra con la división Navarra en la campaña del 73), datan sus traducciones de La Iglesia y el Estado, del jesuita italiano Matteo Liberatore, o la del sombrío opúsculo de monseñor De Segur El Infierno (si le hay-que cosa sea-como huir de el). Tras permanecer emigrado durante algún tiempo, se reintegró ya en los años de la Restauración a la actividad periodística, actuando en la defensa del mismo ideario confesional y ejerciendo la crítica filológica y literaria en artículos en los que hacía gala de su erudición y de un humorismo punzante e irónico, malintencionado  a veces, que le dieron lustre de escritordescontentadizo” y sarcástico. Especialmente desde que empezó a publicar el Los Lunes del Imparcial.  Su Fe de erratas del nuevo Diccionario de la Academia (1887), conoció varias ediciones; Y no menos éxito tuvieron sus Agridulces políticos y literarios, sus Destrozos, sus Parábolas, o sus Ripios. En una de sus invectivas contra la Academia defendió que se escribiera el nombre de las Urdes sin hache ni jota (ni Hurdes, ni Jurdes), por proceder de “una forma suavizada” de Urces, que designa los brezos o arbustos de los que está poblado el país. Lo primero, lo de añadir la hache, le pareció una “majadería patente” de la docta casa; lo segundo, el puro “desatino” que un Barrantes “desbarrante” había dictado en su famosa conferencia en la Sociedad Geográfica de Madrid de 1890, cuando sostuvo que las Jurdes se llamaban así porque hasta las orillas del río Jordán, o jurdano, habrían venido a recibir el bautismo sus primeros habitantes. Lo principal de su tesis lo expuso en sus Ripios Geográficos (Madrid, 1905), y su pulla al escritor extremeño en El Imparcial, en noviembre de 1917. / A.F.D.

 

 

Más información en la red: Serrano, Joaquín y Fernández, Simona

http://www.saber.es/web/biblioteca/libros/tierras-de-leon/html/81-82/10antonio.pdf

 

 

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