Serano
Las Hurdes y sus habitantes siempre se han regido por los ciclos naturales de la vida, como comunidad rural que es y, en torno a ellos, han desarrollado sus actividades, agrícolas sobre todo, pero también han influido en su vida social, creando una serie de hábitos costumbristas que se han ido arraigando con el paso del tiempo. Y éste es el caso del denominado “serano”, una actividad propia del verano que tiene unas connotaciones muy particulares.
“Serano” consiste en una reunión de vecinos que se produce llegada la noche. Después de cenar, los vecinos salen al fresco, cada uno en el poyo de su casa, formándose corros de proximidad. Es el momento de máximo descanso después de todas las tareas diurnas del campo. Los temas de conversación son muy diversos, que van desde las acciones propias de los trabajos, hasta cuentos y chascarrillos, derivando en muchas ocasiones, en un acto festivo debido a la animosidad de los contertulios. Como se está a gusto, la velada suele durar hasta bien entrada la noche, pero no hasta muy tarde porque por la mañana hay que madrugar para comenzar las tareas del campo. Pero no sólo este rato es ocio, se aprovecha la ocasión para realizar también otras tareas que requieren más tranquilidad: desgranar alubias, “frejones”, pelar castañas, etc. ¡Siempre se tiene que hacer algo en casa! En muchas ocasiones se produce el acto de “recenar”, es decir, volver a cenar, pero ya en la calle, en donde los propios vecinos sacan de sus casas algo de comer y de beber, y si se bebe más que se come, entonces empiezan a animarse todos, cantando y contando anécdotas, pudiendo terminar en bailes al son de gaita y tamboril.
No se debe olvidar, que aparte de todas estas connotaciones festivas y folclóricas, la esencia propia del “serano” es la reunión de vecinos al fresco de una noche de verano.