Rivas Mateos, Marcelo (Serradilla 1875 - Madrid 1931). Científico, universitario y político extremeño. En 1895 obtuvo su licenciatura en Farmacia por la Universidad Central de Madrid y a partir de esa fecha desarrolló una brillante carrera realizando importantes investigaciones en el campo de la geobotánica y luego en los de la mineralogía y la zoología aplicadas a su especialidad. Fue catedrático en las universidades de Santiago (1898), Barcelona (1900), y Madrid (1904), antes de dedicarse a la política, en la que empezó muy pronto ejerciendo como concejal republicano (y anti-catalanista), durante su estancia en la ciudad condal, en donde llegó a ser primer teniente de alcalde, alcalde interino y Decano de su Facultad. Transitó después de las filas de Lerroux a las de Canalejas y Romanones y hasta el inicio de los años veinte militó en la izquierda liberal. Incorporado a sus filas, contribuyó decisivamente a la organización del partido Demócrata en la provincia de Cáceres, y en 1910 obtuvo su acta de diputado por el distrito de Coria después de movilizar un amplio frente regional en disputa con el representante de la derecha Laureano García Camisón. Desde entonces y durante algo más de veinte años desarrolló una intensa actividad parlamentaria defendiendo, entre otras cuestiones, las prerrogativas del poder civil frente al integrismo y bregando desde su demarcación por los intereses extremeños. Como cuando tuvo que apoyar la llamada Ley del Candado frente a las órdenes religiosas, o pronunciarse en las Cortes a favor de la Junta de Ampliación de Estudios; o como cuando protagonizó en el Congreso destacadas intervenciones reclamando medidas para mejorar las comunicaciones, detener la epidemia migratoria en la región y remediar la situación del proletariado rural. Su nombramiento en noviembre de 1917 como Director General de Primera Enseñanza, despertó en Extremadura expectativas que el tiempo no pudo confirmar (sólo estuvo en el cargo hasta febrero de 1918). La gravedad de la crisis que padecía el país en un año crítico para la Restauración, apenas le dio tiempo a revelar (en El Bloque, El Debate, o El Sol), algunas medidas orientadas a la reforma y modernización del magisterio. Pero fue entonces cuando declaró que el analfabetismo era uno de los problemas más graves que se padecían en España y que el ministro de Instrucción Pública que no intentara erradicar ese problema en las Hurdes, “por mucho que hiciera, no habría hecho lo principal”. Seguramente con ese propósito mantuvo una entrevista en Madrid, poco antes de su cese, con el obispo de Plasencia, con el que trató de la creación de escuelas en su diócesis. Y es posible que su influencia política, bien patente en toda la sierra norte cacereña, inspirase la creación de la Liga Hurdana, con la que se quiso dar un nuevo impulso al proceso regenerador de la comarca. /A.F.D.

Más información en la red: Vallejo Villalobos, José Ramón

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