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Romance. La Infantina y el Caballero burlado

"La Infantina + El caballero burlado”

 

Cazador que vas cazando,   cazando de noche y día,

los perros iban cansados,   la caza no parecía;

se ha sentado a descansar   sobre el tronco de una encina,

el tronco tenía de oro,   las ramas de plata fina

y en la copita más alta   había una hermosa niña

con una mata de pelo   que to la encina cubría.

-No te asustes, cazador,   que estoy aquí desde niña,

que en el vientre de mi madre   me maldició una tía mía,

que tenía que estar penando   siete años en la encina

y hoy los cumplo, cazador,   a punto de mediodía;

si me quieres esperar,   iremos en compañía.-

-¿Dónde montaré a mi blanca,   dónde montaré a mi linda?-

-Atrás monto, cazador,   por la mayor honra mía.-

Y a la metad del camino   la blanca se sonreía.

-¿De qué te ríes, mi blanca;   de qué te ríes, mi linda?-

-De ti me ríu, cazador,   que la espuela te se olvida.-

-Vuelve, mi caballo, atrás,   sobre el tronco de la encina.-

-Mi padre fabrica el oro,   mi madre la plata fina

y una hermanita que tengo   la llamaban Rosalía.-

-Y abra usted la puerta, madre,   ventanas y galerías,

que, por traeros hoy caza,   traigo la hermanita mía.-

-Y ésa, para ser mi hija,   está muy descolorida.-

-¿Qué color, usted, mi madre,   qué color usted quería,

si yo hace siete años   que yo el pan no lo comía;

sólo comía los belros   de aquella fuente fría,

de aquella fuente fría   y de aquella fuente amarga,

donde los caballos beben   y también culebras cantan.-"

[Aceitunilla. Ricarda Iglesias Montes, 60 años, acompañada por Avelina Encinas Japón, 68 años. 8 de febrero de 1997]

 

 

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