Las Hurdes Centro de Documentación

 

 Personalidades

Cabré Aguiló, Juan (Calaceite, 1882- Madrid, 1947). Arqueólogo. Cursó estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza y en la Academia de Bellas Artes de Madrid antes de dedicarse a la investigación del arte rupestre y acreditarse como una de la personalidades más relevantes de la arqueología española. Además de hacer uso de la fotografía documental, su destreza para el dibujo distinguió siempre la calidad de sus trabajos científicos. Su relación con la Real Academia de la Historia y con el marqués de Cerralbo, Enrique de Aguilera y Gamboa, pionero de las excavaciones arqueológicas, decidió su actividad profesional. Entre 1907 y 1909 los descubrimientos del joven “artista aragonés” en la Roca de los Moros y el barranco de Cretas, en su pueblo natal de Calaceite, señalaron el inicio de su brillante carrera. Hacia 1914 pasó a formar parte, junto a su mentor y a Eduardo Hernández Pacheco, de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, que impulsó uno de los periodos más fructíferos para la investigación del arte paleolítico en nuestro país. Sus hallazgos y avances en la caracterización y diversidad de la protohistoria peninsular y su conocimiento de las sociedades ibéricas, le concedieron un amplio reconocimiento entre las personalidades más destacadas de su especialidad. Director del Museo Cerralbo entre 1922 y 1939, fue depurado y apartado de su cargo tras la guerra civil. El placentino Joaquín Rosado Munilla, que tal vez le conociera, publicó en El Noticiero de Cáceres el 5 de mayo de 1910, que aquel “incansable explorador de cuevas, abrigos y peñas” (así le describió Hernández Pacheco), fue también durante los años de su juventud, “el primero” en estudiar las pinturas rupestres del valle de Las Batuecas. Según su testimonio habría viajado hasta allí en marzo de aquel año (y luego en abril en compañía del célebre Henri Breuil), interesado por las noticias que sobre su existencia les había anticipado el erudito Vicente Paredes. Cerca del Convento de San José exploró los abrigos rocosos de Las Cabras, Pizarras, Zarzalón, Águila, Cueva del Cristo y Canchal de Las Torres, y “fotografió y copió” los tesoros del arte primitivo que se ocultaban entre las grietas y brechas de aquel valle llamando la atención sobre su interés y su singularidad.

 

 

Más información en la red: Ripoll Perelló, Eduardo

http://www.dip-badajoz.es/cultura/ceex/reex_digital/reex_LIII/1997/T.%20LIII%20n.%202%201997%20mayo-ag/RV11196.pdf

 

 

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