Las Hurdes Centro de Documentación

 

 Personalidades

Díaz Pérez, Viriato (Madrid 1875 - Asunción 1958). Escritor y teósofo. Fue hijo de don Nicolás Díaz y Pérez, cronista oficial de Extremadura (había nacido en Badajoz en 1841), y de doña Emilia Martín de la Herrería, mujer adelantada a su tiempo que perteneció, como su marido, a la masonería y fue autora de algún libro de poemas. Es posible que aprendiera sus primeras letras en la capital extremeña antes de que la familia se trasladase definitivamente a Madrid en 1887. En la capital concluyó su bachillerato e ingresó en la Universidad para seguir la carrera de Filosofía y Letras, en la que se doctoró en 1900 con una tesis sobre la Naturaleza y evolución del lenguaje rítmico, fruto de su interés por las literaturas orientales y su temprana vocación poética. Antes de finalizar sus estudios ya se había iniciado en las cuestiones teosóficas y publicaba con frecuencia. Desde 1895 en el semanario El Álbum Iberoamericano, en el que escribió (entre otros asuntos), sobre literatura portuguesa. Y a partir de 1897 en la revista Sophia, de la que llegó a ser director y en la que dio buena muestra de sus amplios conocimientos sobre el misticismo musulmán, la mitología filipina, o la literatura hinda. En 1901 formó parte del grupo de intelectuales y escritores reunido en torno a la revista Juventud, en la que escribió junto a los nombres de cabecera del 98, el regeneracionismo y la literatura modernista. Precisamente en agosto de aquel año La Correspondencia de España informó del viaje que acababa de iniciar a la Sierra de Francia y las Hurdes cuya experiencia contó, primero en las dos breves “impresiones” que publicó Juventud, y algún tiempo después en dos extensas entregas que tituló A pie por la España desconocida y publicó Hojas Selectas en febrero de 1903 y mayo de 1904. En ninguno de aquellos artículos el relato se adentraba propiamente en territorio hurdano (que, sin embargo, debió recorrer). Pero sus valles, “los más tristes de la tierra”, y los infortunados mendigos que los habitaban, aparecen a lo largo del texto evocados desde un paisaje de límites (El Paso de los lobos, el desierto de las Batuecas), en donde la palabra escrita adquiere, además de una notable belleza, una dimensión “supernatural” y un alcance de entidad simbólica que obras posteriores no pudieron mejorar. En agosto de 1906 emigró a Paraguay, en donde no tardó en convertirse en uno de los soportes fundamentales de la cultura nacional. / A.F.D.

 

 

Más información en la red: Díaz Pérez, Rolando

http://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/cultural/viriato-diaz-perez-el-trasterrado-717092.html

 

 

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